| Por: Luis Orlando Ávila Hernández* / Perrotrespatas |
En horas de la mañana de hoy, hacia las 10:30 am, compartiendo un café con un amigo y reconocido periodista de la ciudad, en el restaurante y cafetería El Marqués, ubicado a un costado de la carrera tercera en el Parque de Bolívar, un hombre joven de tez blanca y contextura gruesa y militar, con celular en mano y la aplicación de NEQUI abierta, llamó aparte hacia la entrada del establecimiento, a quien esto escribe y dirige este medio alternativo de comunicación, y a su vez representa legalmente la asociación del mismo nombre, para amenazar en forma directa y violenta, bajo el montaje de «cobrar» una supuesta vieja rencilla en el barrio Ricaurte.
Todo coincide pues el hombre teléfono, en mano y pendiente muy seguramente del pago de su amenaza, increpó a este Director, que (sic) «…hacia nada en ese momento…», pero que «…Llegaría la oportunidad, cuando esté solo…».
Momentos después transitó nuevamente para verificar la reacción personal ante la amenaza, y como ha sucedido cientos de miles veces desde los años 60 hasta hoy, con miles de asesinadas víctimas de movimientos sociales, periodistas y poblaciones vulnerables, donde la alianza de militares, policías y CTI corruptos y al servicio en la nómina del poder narco paramilitar, al notar que quién esto escribe siguió inmutable, dado que está acostumbrado a amenazas directas de muerte, entre muchas, por entonces Generales de Organismos de Inteligencia de Policía y Ejército, en las oscuras épocas del Uribismo, aún no superadas, por el contrario, re-encauchados desde las facciones y camorras políticas que hoy dicen gobernar a Ibagué y al Tolima.
En Colombia, una amenaza es una amenaza, porque casi siempre lleva la mano invisible de organismos de seguridad e inteligencia del Estado. Incluso en el Gobierno del Cambio.
No obstante, sin pretender nada distinto que seguir comunicando y opinando desde los editoriales de este Magazine, la labor de informar y generar debate público y consciencia crítica social desde este medio, se continúa, firme y de frente.
La rutina diaria de los sitios públicos y lugares comunes, incluso de su propia vivienda, de quien esto escribe, es bien sabida por los círculos de la bohemia, la cultura, la sociedad civil y la política, amén que además, desde 1986 hasta hoy, igual la saben, graban, monitorean, vigilan y registran en sus libros de población o de batalla, los esbirros que con sueldo del Estado, hoy en clara desobediencia a su jefe máximo, hacen la tarea de siembra del terror, o incluso del atentado personal construido y pago con un tercero como el de hoy, de su terrorismo de Estado y Paramilitar, buscando consolidar en Ibagué y el Tolima, al poder de facto que manda tras bambalinas, a la actual Alcaldesa de Ibagué y a la actual Gobernadora del Tolima, junto con sus congresistas, concejales y diputados.
Para este medio y quien lo dirige, informar y generar debate social, es una batalla cultural e ideológica, para devolverle a la ciudad y al Tolima la dignidad que ha perdido, que le han hecho perder.
Para esta gente, es una guerra camuflada, terrorista, violenta y criminal, contra todos, todas o todes que se les o nos opongamos en el camino de construir y cimentar, ideológica, militar, judicial y delincuencialmente, dentro del Tolima y la Ciudad, el Urabá 2.0 que les han mandado a instituir desde el primer gobierno en 2008 del hoy indiciado congresista Oscar Barreto, bajo claros y permanentes dictados venidos de la hacienda el Ubérrimo en el departamento de Córdoba.
Finalmente, renunció a denunciar la amenaza directa y violenta de la que ha sido víctima quien esto escribe, en sitio público, y lo que en ella siga, por la firme convicción y creencia que una buena parte del aparato institucional militar, policial y de un sector de la rama judicial de Ibagué y el Tolima, es afín y complace, a ese proyecto político delincuencial de paramilitarizar al Tolima y a Ibagué.
Desde este Colectivo Perrotrespatas, desde la asociación campesina del sur del Meta AGROGÜEJAR, desde los tertuliaderos y tiendas culturales de la ciudad de Ibagué, EL PURGATORIO, LA GUACHARACA y CUATRO PALABRAS, y desde la misma dirigencia social y cívica devenida de los años 80, llorando la muerte violenta de varios de los amigos, compañeros, trabajadores y líderes sociales, la mejor arma ha sido la palabra.
Esta es, sin duda, la mejor empuñadura, contra el fascismo de «la palabra precisa y la mirada perfecta».
(*) Carta Abierta, Alerta Temprana y Editorial del director del Magazine Colectivo Perrotrespatas, diciembre 17 de 2024
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